Brindemos por un 2020 maravilloso.


Víspera de nuevo año, las luces decembrinas decoran las calles, los edificios, los arboles y las grandes fachadas de importantes centros comerciales. La gente deambula con decenas de paquetes, bolsas, regalos, coches con niños chorreados de helado, cruzando las calles con prisa buscando sacarle el máximo provecho al día. Mientras tanto, otro grupo de personas menos afortunadas, conduce sus vehículos en el infernal tráfico, tocando la bocina con la idea absurda de que esto hará que anden más rápido los autos, quienes también se aglomeran desordenadamente por las calles dándole otro aspecto más citadino a la iluminación nocturna que viste las calles de blanca y alegre navidad.

Desde la ventana de un edificio cualquiera, una joven pareja agradece que finaliza otro año más, pide al universo para que el próximo venga con más prosperidad, que tengan un trabajo nuevo y que se puedan mudar de vecindario, que tengan un apartamento más grande, que puedan viajar a El Caribe y que los impuestos les sean leves.

En otro rincón del planeta, un hombre enciende su cigarrillo para apaciguar sus ganas y en cada jalón imagina ser un hombre feliz, libre y autónomo. Se crea su película; paga sus cuentas, pone límites a sus verdugos, gana mucho dinero y por si fuera poco, le hace el amor a la mujer más bella del planeta. Todo eso ocurre allí, en ese instante, entre humo y tabaco, en el velo que ya no separa lo real de lo imaginario, en compañía de su afable cigarrillo; su fiel compañero, su adormecedor de voluntades, su mayor desafío para el venidero año.

A la orilla de la playa, un hombre solitario toca su guitarra sintiendo la brisa del mar, y en cada tonada le canta a la mujer que ama, la de sonrisa divertida y pies descalzos, la que danza en la arena y desnuda se baña en el mar plateado. La que se le acerca y le susurra al oído con su voz de sirena para decirle cosas lindas; le habla de su hombría y de cuánto lo admira, de su gran inteligencia y de su mirada cautiva, esa mujer que aparece y desaparece a su antojo, la que existe solo para él, su musa, su diosa, esa aquella a quien al tocarla se desvanece, a la que espera cada noche impaciente junto a su guitarra, a la mujer de su vida, la dueña de sus anhelos.

Dos niños en la plaza, corretean de un lado al otro, juegan con la pelota, ríen y saltan en la inocencia de su edad, desprendidos del futuro y de si hay o no hay, creando su mundo en cada instante, en cada risa, trayendo alegría a las calles, a sus padres y a los otros niños de la plaza. Ellos son la vida, ellos son el fruto de un pasado que fecundó, de una guitarra que nunca dejó de sonar, de un hombre que tuvo el coraje de enfrentar sus miedos, de una mujer que se hizo de carne y hueso, de un amor que transcendió y se materializó.

Que todos tus sueños se hagan realidad en este 2020. El amor todo lo puede.
Que tu voluntad sea de oro y tus palabras de miel y canela, que del cielo te lluevan oportunidades y de la tierra los recursos para aprovecharlas. Que el cambio seas tu y por lo tanto todo cambie, que tus ojos vean solo paz, belleza y verdad. Que te conviertas en amor, y por lo tanto, solo atraigas amor, que te conviertas en alegría y por lo tanto, solo atraigas alegría, que te ganes la lotería y te llenes de dicha y prosperidad cada día.

Comentarios

  1. Muchas Felicidades amiga y que continúen los éxitos!!! Bendiciones!!! Namasté!!!

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    1. Gracias, igualmente para ti quienquiera que seas y dondequiera que te encuentres !!!...Namasté.

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