TARTALETA DE FRESA PARA EL ALMA


En una de las primeras salidas que tuve con mi amado, fuimos a comer tartaleta de fresas, uno de mis postres preferidos porque tienen esa mezcla inmortal de acidito con dulce que seduce mi paladar y que de solo recordarlas ahora se me hace agua la boca. Lo cierto es que ya una vez con nuestras tartaletas en la mano, él abrió la boca y fue directo al centro de su tartaleta para engullirse la enorme fresa que hacía honor al nombre del postre. Yo, mientras tanto lo observaba con asombro y también con un poco de ira, pues había asesinado a su tartaleta en un solo mordisco, ahora solo quedaba la masa y un poco de crema pastelera; las sobras….
Aún no le tenía suficiente confianza, nos estábamos conociendo, pero la indignación me arrebataba la calma, él ya se había saboreado su rica fresa y ahora iba por el resto. Yo le di un pequeño mordisco a mi tarta mientras me saboreaba cada una de sus partes, finalmente me la comí toda y quedé satisfecha, él no se terminó su tarta, y claro, cómo se la va a terminar, si ya se había comido lo más rico en el primer mordisco. Fue entonces cuando mi curiosidad y también mi instinto de cuaima reclamando lo que no era mi asunto, se me atragantó en el apellido y le pregunté:
- Por qué te comiste el centro de la tartaleta en el primer mordisco? - y él muy campante y con una sonrisa pícara en sus labios, me contestó:
- Porque me gusta ir directo al corazón. - al ver mi cara perpleja esperando que continuara con su argumento, agregó- ¿Para qué dar vueltas probando lo otro, si puedo comerme lo más rico primero?- el que se comiera la fresa de primero me había perturbado, pero sus razones para hacerlo me habían hecho sentir aun peor, mi ego estaba herido, acababa de recibir una lección de vida. Ya han pasado muchos años desde aquel día cuando se engulló la fresa y mi amado sigue haciendo lo mismo una y otra vez, pero eso no es lo importante de esta historia, lo más importante de esta historia es que la misma suerte que le amparó a la fresa, la corren todas las personas que conoce por el camino; los trabajos, los clientes, los amigos, sus hijos, los días, las noches y también yo, él siempre va directo al corazón de las cosas y de las personas, se asegura de saborearse la mejor parte de la vida primero, de reírse antes de llorar, de jugar antes que trabajar, de sentir antes de pensar, yo mientras tanto, aun sigo aprendiendo la lección, todavía observo las fresas de mi tartaleta con atención y me preparo para hacerles una emboscada masticable sin dolor ni remordimiento, esperando que el resto de la tarta no se resienta, mientras yo me corono llegando directo al corazón.

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- Y tú, cómo te comes tu tarta?

Me sentiré halagada de que compartas tus comentarios en mi blog…Namasté!

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